lunes, 27 de octubre de 2014

Cuál es el precio ideal para una tarta de fondant.

Una de las preguntas que me planteé cuando empecé a recibir pedidos por mis tartas o galletas fue... ¿qué precio debía poner?. La verdad es que leí muchísimos blogs, foros y opiniones en los que encontré infinidad de ideas y criterios, al final, mi experiencia personal es la que me ha ido permitiendo decantarme por unos precios u otros. Así que, aquí os dejo algunas ideas a tener en cuenta a la hora de pedir un presupuesto y os permitan determinar si es o no el precio ideal.


Reconozco que cuando alguien me pide un presupuesto el precio le puede parecer alto, sobre todo porque no estamos acostumbrados a este tipo de repostería creativa, pero lo cierto es que estas preguntando por una tarta totalmente personalizada,  y probablemente no te has parado a pensar detenidamente lo que conlleva detrás de si una tarta totalmente artesanal, única y probablemente, ¡tu idea hecha realidad!.

¿Y qué es lo que hay detrás una tarta de éstas características?

Pues principalmente muchas horas de trabajo, pero no es lo único. A la hora de fijar un precio hay que tener en cuenta muchos factores: las raciones, si el diseño es en 2D o 3D, si tendrá figuras modeladas o flores, los ingredientes, los materiales, la formación y sobre todo, la mano de obra. Os paso a explicar un poquito más detalladamente:

Las porciones: 

Uno de los factores que determinan el tamaño de una tarta y por tanto su precio es el número de raciones o porciones. Es muy importante saber cuantas personas estarán invitadas a nuestro evento en el momento de solicitar un presupuesto, ya que este detalle va a influir mucho en el precio, ¿y por qué?, porque no es lo mismo hacer una tarta para 15 personas que una para 100, es evidente que una llevará mucho más trabajo que la otra. 

Por otro lado, hay que tener en cuenta que estas tartas no se pueden calcular por el peso, que es a lo que estamos acostumbrados, puesto que pesan muchísimo más que las tartas tradicionales al estar cubiertas por fondant, y si a eso le sumamos toda la decoración, nuestra tarta pesará bastante más, con lo que no sería el método más correcto para calcular las porciones ni el precio.


El diseño:

Otro factor importante a tener en cuenta es el diseño, ¡el acabado que queremos de nuestra tarta!. No es lo mismo una tarta con un diseño en 2D, que otra con figuras modeladas, o en 3D. Aquí os pongo como ejemplo algunas de mis tartas, todas son del mismo número de raciones, pero con acabados totalmente distintos y por tanto, precios diferentes.

Hay que tener en cuenta que cuando queremos que nuestra tarta tenga figuras modeladas supone un gran trabajo extra, son muchas horas que se planifican hasta con días, todo ello para conseguir que un trocito de pasta de azúcar se acabe pareciendo a una Osita bebé, a Pocoyó, a Hello Kitty o incluso, a una pareja de novios.

Por tanto, todo este trabajo, también se ve reflejado en el precio.

Pero hasta ahora sólo he hablado de lo que nos enamora de la tarta, su aspecto y su forma, y que es lo que realmente ve el cliente, pero todavía hay más.

Los ingredientes:

Como cualquier otro dulce, estas tartas requieren de materias primas para su elaboración, huevos, harina, mantequilla, chocolate,... una amplia variedad de ingredientes en función de los sabores. Ingredientes que suelen ser de primera calidad para poder obtener un producto de calidad y que por tanto, tienen un coste. 
Conozco gente que vende tartas creativas muy económicas, pero también se que esas personas compran el bizcocho precocinado en grandes superficies, así que, todo depende de lo que queramos comprar. A mi me gusta hacerlo todo, el bizcocho, el almíbar y el relleno con los sabores que uno desea.


Pero además de los ingredientes típicos que se pueden encontar en cualquier cocina, hay que sumar los ingredientes que sólo se pueden adquirir en tiendas especializadas, como es el caso del fondant o de los colorantes. Además, en mi caso, muchos de esos ingredientes los compro fuera de la isla por lo que tengo que sumar los costes de envío.

Todo esto, ¡y como es lógico!, también se ve reflejado en el precio.

Los materiales:

Y ahora hablemos de los materiales, ¡y no!, ¡no me refiero nuevamente a los ingredientes!, me refiero a otros utensilios que necesitamos para poder elaborar la tarta de nuestros sueños.

Estos materiales van desde la electricidad hasta el plato que sostiene la tarta, porque todas esas cositas también cuentan.

El horno puede pasar varias horas encendido mientras se hornea el bizcocho, necesitamos agua para limpiar lo que se va ensuciando e incluso encendemos la cocina para alguna elaboración.
Y luego, la base de la tarta, si le ponemos alguna cinta de adorno, si usamos la manga pastelera, y si  la tarta es de varios pisos hay que sumar los platos superiores, las columnas internas...
Y aún no he nombrado las herramientas, que aunque reconozco que son una inversión, puesto que luego las puedes volver a utilizar más adelante, también han supuesto un coste, como son las estecas, moldes para tartas, plato giratorio, cortadores, boquillas...

Formación, calidad y talento:

Otro añadido, y que bajo mi punto de vista incrementa el precio de la tarta son la formación y el talento del repostero, y la calidad de acabado de su trabajo.

Yo creo que una persona con más formación tendrá más tablas a la hora de poder diseñar y afrontar una tarta que aquella que se ha formado menos. ¡Lo se!, no es una afirmación que siempre se cumpla, hay gente muy buena por ahí que ha ido aprendiendo de su propia experiencia, pero es cierto que para algunas cosas siempre preferimos a gente más experimentada y eso también lo pagamos.

Pero lo que para mi es primordial es la calidad del acabado, es cuando ves una tarta y te enamoras de ella, o simplemente al verla te sale un ¡guauuu!

No hay dos tartas iguales por lo que se nos complica el poder comparar el trabajo de dos pasteleros, pero si podemos ver los diseño de sus creaciones y hacernos una idea de quien se asemeja más a nuestros gustos. Siempre hay alguien que lo hace más barato, pero nos tenemos que preguntar si su trabajo es igual de bonito, bueno y espectacular que el de otra persona que cobra un poco más.

Mano de obra:

Y para terminar, lo más importante, y lo más caro, la mano de obra. Da igual de cuantas porciones quieres la tarta, si la quieres en 2D o con figuras modeladas, de fresa o chocolate, de uno o varios pisos, grande o pequeña, eso no importa si no tienes a la persona adecuada para hacerlo, y esa persona se pasara horas y horas haciendo tu tarta, desde que comienza a diseñarla hasta que pone el último detalle y la da por terminada.
La elaboración de una tarta conlleva muchas horas de trabajo, un mínimo de ocho, y a medida que sea más grande o más compleja más horas traerá, y eso hay que pagarlo. 

¿Y a qué precio?, pues eso es lo más difícil. No creo que haya mucha gente que esté cobrando realmente lo que debería, pero yo os dejo caer una cosilla, cuánto cobra una costurera por hacernos un vestido, el técnico de la lavadora por venir un par de horas, o el cerrajero, si se nos quedan las llaves dentro. 


¿Y la conclusión final? Pues os reconozco que es muy difícil determinar si una tarta tiene o no su precio justo. Cada uno de nosotros debemos intentar ser objetivos y tener en cuenta todo esto que os he contado antes de decidir si es cara o no una tarta. Pero si os sirve de ayuda os diré que en función de la información que he encontrado por internet y teniendo en cuenta el tipo de tarta que queremos, las porciones, el diseño y al profesional que estemos contratando, los precios en España oscilan entre los 3 y los 15 euros por porción.

Y ahora os hablo un poco de mi, evidentemente yo no soy una profesional ni soy la mejor formada, y por eso no puedo pedir 15 euros por porción, ¡ojalá!, pero tampoco me parece bien que me pidan una tarta con la forma de furgoneta hippie y un surfista encima por 20 euros, como me pasó una vez, ya que lo comparaban con los precios de las tartas del Mercadona y esperaban que me ajustase a ese precio.

No me gusta que me regateen, yo no lo hago cuando compro en el supermercado o voy al médico, y aunque comencé vendiendo muy baratas mis tartas, hoy en día me he marcado unos precios que por mi propio bien no rompo. No trabajo gratis, mi tiempo vale oro, mi creatividad también, y aunque no soy lo mejor del mercado me gusta que me valoren, y si no lo hago yo, no se quien lo hará.

Así que doy por hecho que todo el que alguna vez ha hecho una tarta de éstas características por encargo le pasará exactamente lo mismo, y es por ello que os pido que por un momemto os pongáis en la piel del que os hace la tarta y que tengáis en cuenta todo esto cuando le pidan un presupuesto o realicen un encargo. 

Pues nada, hasta aquí mi pequeña aportación para intentar eliminar esa creencia de que las tartas de fondant son demasiado caras, su precio va en función de las horas de trabajo, su creatividad y su dedicación.

Tal vez las tartas no sean baratas, pero es que tampoco son caras, tienen su precio justo.

Espero que a partir de ahora veáis las tartas decoradas con otros ojos.


Un beso, Yoly.

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1 comentario:

  1. Es una entrada muy bonita, dedicada y sincera. Estoy contigo ni mas ni menos por el valor de las cosas.

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